CAMINANTE NO HAY CAMINO...
Parece que vamos cerrando el círculo…. Me ha costado llegar hasta este punto, antes de Navidad me parecía vislumbrar algo, pero tengo que reconocer que hasta ese momento, tenía dificultad para ver la relación que existían entre las diferentes clases, lo cual que me generaban incertidumbre porque no veía a dónde nos llevaba. Ha sido sobre todo a raíz de la última sesión que tuvimos el viernes, y de las lecturas de Kegan, cuando me ha empezado a encajar todo. Cuando he llegado a comprender el sentido, es decir una especia de insight.
Observando cómo respondían mis compañeras ante un dilema moral, comparándolo cómo lo hacía una niña institucionalizada de 14 años, los argumentos que unas y otras daban, ponía en relación el desarrollo moral de una adolescente y universitarias respectivamente(Kohlberg), con el estado de la conciencia (Kegan), así como el nivel de desarrollo de unas y otras (Piaget, Erikson, Vigotsky).
No hay un modo único de acceder al conocimiento, eso es lo que constantemente desde el diseño de currículum se está defendiendo, y unos modos son más significativos que otros. En este momento histórico en el que vivimos, donde la información se ha triplicado, y a la cual tenemos un acceso rápido desde las nuevas tecnologías, se demanda de nosotros algo más; la capacidad de seleccionar y relacionar. Las teorías de Piaget, siempre van a estar accesibles a través de las bibliotecas o de Internet, comprender su significado y la relación con otras teorías, son habilidades cada vez más necesarias. Es por ello también por lo que considero cada vez más necesario dedicar un especial cuidado al desarrollo moral de las personas. Ya hacia el final de la clase Alejandro lanzaba una interesante pregunta ¿está facilitando esta sociedad el desarrollo de sus miembros?. Ciertamente necesitamos saber hacer las cosas, para lo cual es preciso un elemental conocimiento que nos capacite para ello, y sepamos cómo hacerlas, pero también necesitamos saber por qué hacemos las cosas. La sociedad tiene más o menos asumido su deber de proporcionar una capacitación de sus miembros, la educación obligatoria y la gratuidad de la misma ha sido una conquista no muy lejana. Sin embargo la educación moral, el desarrollo de los individuos más allá de su desarrollo cognitivo, es un ámbito que en un momento histórico determinado estaba bajo la custodia de la religión, pues los valores y también los temores que infundía, generaban una conciencia moral colectiva uniforme. Hoy en una sociedad secularizada, y donde el individualismo acampa por doquier ¿quién se encarga del desarrollo moral de las persona?. Ciertamente hay personas que están interesadas en que esto no se produzca, en que los habitantes del planeta pensemos cada vez menos, pues de ese modo es mucho más fácil manejarnos.
No obstante quiero creer que hay un espacio para que las personas vayamos avanzando a grados de conciencia superiores. A los dos primeros niveles que señala Kohlberg y al tercero de Kegan, llegamos casi de manera innata a través del desarrollo, vamos adquiriendo las capacidades cognitivas y emocionales para llegar a esos niveles. Sin embargo el ideal es llegar más lejos, y hoy necesitamos llegar más lejos, por eso quiero creer que es un camino posible (evidentemente no todas las personas se encontrarán en disposición de alcanzar tales niveles). Junto con la formación, creo que los valores juegan un papel fundamental, aquellos que buscan el bien común de las personas, y en la familia y en la sociedad podemos encontrarlos. Es preciso también educar individuos con capacidad crítica y reflexiva, que sean capaces de desarrollar su propia identidad dentro de la homogeneidad a la que estamos empujados. Creo que de momento tendrá que ser un trabajo personal de búsqueda, de ponerse en camino, de desarrollo personal, y tratando de compartir los hallazgos con quienes nos rodean. Aunque creo que también urge que nos paremos a reflexionar en modos de hacer extensible esa búsqueda al mayor número de personas posible, tal vez de ese modo se contribuya a la búsqueda de la felicidad auténtica en contraposición de esa pseudos felicidad que el mundo trata de mostrarnos.
2 comentarios
leonor -
Alejandro -
Qué bueno lo que dices. Ya echaba de menos que escribieras algo de Psicología, viendo lo productiva que eres.
Lo que describes es bastante típico, estoy segura que no eres la única. Otros años ha sido también ésta la experiencia.
Me alegra leerlo porque en cierta manera diseño las clases para que así sea. Leer lo que dices sobre tu experiencia, en ese sentido me reconforta un poco. Nunca sé si voy a conseguir lo que me voy proponiendo, es una incertidumbre de lo más sugerente, ja....
Me alegro además de leer lo que comentas respecto la relación entre la sociedad y el desarrollo de sus miembros. Interesante tema. Como educadores creo que es fundamental para nosotros planteárnoslo.
Con la próxima clase todo quedará más claro, espero...
Aún no hemos terminado.
Un saludo
Alejandro